Hace unos años participé en certámenes musicales que organizaba el colegio Villa Cáritas junto con el San Pedro. Me parecieron experiencias inolvidables y bastante enriquecedoras ya que promovían la difusión de la música académica, que es la base de todo lo que existe ahora. Lamentablemente no pude ganar ninguno de ellos pero aprendí mucho y logré sensibilizar un poco más mi espíritu ante tales obras de arte. Lamentablemente me encuentro en un medio en el que no todos los que me rodean piensan igual que yo. Creo que es importante conocer la historia de la música y analizar más profundamente el significado de las melodías y lo que llevan intrínsecamente. Mi percepción de la sociedad de hoy es que ella se mueve más por modismos y no por lo que realmente piensa. Por ello caer en ese movimiento me parece ridículo y trato de ser consecuente con lo que pienso. Hay música contemporánea muy buena así como música contemporánea mal concebida. Del mismo modo sucede en la música clásica. Sin embargo de todos los sonidos es posible rescatar algo bueno.
Johann Sebastian Bach fue un compositor muy importante de la época del Barroco. Vivió 65 años a comparación de otros genios como Mozart, quien solo vivió 35 años. Bach fue el maestro del contrapunto y elevó elementos como la fuga a su máxima expresión. Es muy complejo escribir sobre sus obras. Sin embargo aca les dejo una de las piezas que fue objeto del concurso en el que participé.
Bach fue maestro de capilla de la iglesia protestante de aquella época. Debía componer nuevas obras todas las semanas para deleitar a los fieles de la iglesia. Dentro de las tantas obras que compuso se ubica la cantata Puer Natus in Bethlehem.
En esta obra se puede sentir la grandeza del universo en unos cuantos segundos. Todos los pensamientos posibles, todos los conocimientos adquiridos, toda la esencia humana, el bien y el mal, la esperanza y la perfección omnipresente en el bajo continuo.
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