Cuando tienes a un ingeniero y a un arquitecto en frente, lo más probables es que si llegas a tener una duda sobre como hacer algo en la casa se lo preguntes a ellos.
Hoy me encontre con el caso de dos personas, cuyos nombres omito por razones de privacidad y verguenza, llamense ingeniero y arquitecto, quienes se encontraron con la tarea, difícil, debo decir, de colgar dos documentos que serían los que brindaran el estátus al dormitorio del ingeniero. Era eso o colgarlos en la puerta del baño, para incentivar el defeque.
Vuelan términos constructivos, se utiliza equipo especializado, se calculan y miden las distancias precisas, se encienden taladros, se clavan tarugos, tornillos, vuelan cables de internet por la ventana hacia el techo a favor de la tecnológica, si bien algo costosa, opcion inalámbrica.
Cabe recalcar que la odisea llegó a su fin, pero no sin haber dejado claro que la peor persona para un trabajo simple es el mismo especialista. Arquitecto e Ingeniero juntos, tomandose una hora para clavar un par de cuadros.
Lo importante, sin embargo, es la música, y que sea disfrutado. Estos dos profesionales marcianos trabajan al ritmo del maestro Rudess y su sonrisa relativamente pedófila.
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