Finalmente lo había conseguido. Luego de contar reiteradas veces sus semillas de ichu doradas y plateadas, sus dientes de vicuña y algún otro pestilente bien que tenía guardado en su mugriento y desgastado bolso, había podido comprar lo que para la sociedad del Tawantinsuyo era la modernidad. Si bien es cierto que algunos mercaderes de la capital y otros personajes importantes del pueblo ya lo tenían (inclusive desde la cosecha de trigo anterior a la que pasó) y a pesar de que existían rumores sobre una nueva y más sofisticada versión; para Wascarrechu, el sistema de comunicación “Palomas Delivery de Ordenes 2.0a” (comúnmente abreviado como pDO) significa el futuro, el poder tener la última tecnología, avances de la ciencia y domesticación de animales en sus manos.
Al tener al pDO en su poder, Wascarrechu se llenó de entusiasmo. Atrás había quedado el antiguo, casi obsoleto y tedioso sistema de comunicación por mensajes de humo, junto a todos los molestos inconvenientes que éste llevaba. “¿Quién quiere andar con un mechero y dos piedras encendedoras por el pueblo, buscando un lugar sin viento y leña fresca donde prender una fogata?” solía preguntarse ahora y con una pequeña y ridícula risa malévola recordaba ahora todos los inconvenientes que había tenido con las señales de humo, especialmente el hecho de tener la paciencia y fortuna de que el pezuñento al cual se le está enviando el mensaje se encuentre mirando al cielo justo en ese maldito momento, antes de que las nubes y el viento estropeen el mensaje. Sin duda, los que mantenían este “forma” de comunicarse eran unos pobres diablos estancados en la mediocridad, resultaban un atraso para la sociedad, concluía orgulloso Wascarrechu y la pequeña risita idiota se tornaba en una carcajada infernal. Con estos pensamientos iba descubriendo su nuevo aparato que incluía los pequeños y frágiles tablones de madera para tallar los mensajes y la bonita jaula con todas las palomas.
Escupió sobre la tierra y mientras contaba atenta y cuidadosamente cada una de sus palomas, reflexionó sobre los posibles problemas de su pDO 2.0a que algunos amigos le habían descrito, ya que además de tacaño era un muchacho precavido. Es cierto que este nuevo sistema tenía algunos inconvenientes pensaba y luego tuvo la torpeza de romper en dos un pequeño tabloncito de madera sobre el cual debía escribir los mensajes, no importaba pensó, tengo 499 más, sin dudas las ventajas eran incalculables. El principal problema consistía en las palomas, según le habían contado, éstas solían perderse o eran flojas y no llegaban a su destino. Además de que resultaba realmente incómodo tener que pasearse por la ciudad con una jaula repleta de aves bulliciosas y cagonas, sin tener en cuenta la dificultad de tallar los mensajes en los minúsculos y poco prácticos tabloncitos de madera que ocasionalmente dejaban caer en pleno vuelo las estúpidas palomas necias. Pero nada de esto podía desanimar a Wascarrechu, el pDO era el presente, la modernidad, la innovación y el futuro y con algo de práctica lograría amoldarse, adaptarse y pronto dominar este nuevo sistema que en definitiva, pensaba, mejoraría notablemente su calidad de vida. Pronto saldría una nueva versión 2.0b o 3.0 y las palomas dejarían de ser tan tontas, “Definitivamente, el pDO es una maravilla!!!” Exclamaba con felicidad y su rostro mostraba orgullo y alegría..
-PINCHERECTUS
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