Creo que la tengo en el subconsciente y aflora de vez en cuando en el consciente. La veo frecuentemente pero no como quisiera. La miro como una posibilidad para el futuro. A pesar de todo esto, ayer tuve un pensamiento de ella simultáneo al sueño. Era como si yo tuviera el poder de ir al espacio y viajar por los planetas, estrellas y satélites con total facilidad y autonomía. Por algún motivo conveniente nos encontramos y tuve la posibilidad de ofrecerle un viaje espacial, al estilo de Superman pero sin capa y sin esa ropa tan mariconezca. La tomé, abracé y lancé al espacio. Al parecer, yo tenía que hacer algo urgente en ese momento y la dejé unos momentos; le había dejado las instrucciones claras para que pudiera regresar sin problemas a la Tierra. Regresé al lugar donde la esperaría con algunos minutos de retraso y ella aún no había llegado. Estaba tardando más de lo debido y decidí esperarla con paciencia. Horas pasaron y ella nunca llegó. La carga emocional era muy grande; tenía sobre mis hombros el peso de la vida de una persona importante para mí y una tristeza que parecía que iba a durar para siempre.
Probablemente, ella nunca se entere de este sueño y tampoco escribo esto con la intención de que lo haga. Sin embargo, es posible que terminando este artículo mediocre decaiga el efecto de este episodio.
Lo que sigue pertenece a esta dimensión.
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