Es así que durante un momento de comida y bebida sucedió el primer contacto cuando le ofrecí parte de mi comida. Abrió los ojos como asustada y el silencio continuo por más de 3 segundos hasta que su gesto cambio y se tornó amigable y dijo :"no gracias". Cuantas maneras había de responder a tan bello gesto y que pudieran ser mejor vistas que un no gracias. En fin, seguí positivamente ofreciéndole y vendiéndola prácticamente parte de mi ración hasta que me extendió los brazos y acepto el obsequio. Luego de ello me retraje y noté que mi energía había decaído pero que la suya seguía radiante. Por ello decidí volver a intentarlo y esta vez tuve que forzar un poco la conversación: "te puedo hacer una pregunta¿" La energía se multiplico y luego no dejamos de hablar hasta que llegamos a la luna. La tercera persona paso a un segundo plano y logramos compenetrar a un punto intimo.
Gracias mi amigo tortuninja por compartir esta historia.
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