jueves, 1 de noviembre de 2012

Bennie 2

Yo pensé que ya había visto todo, pero no era así. Benito tenía muchos secretos más por dar a conocer, lo cual era confirmados por sus súbditos, todos afectados mentalmente de alguna manera. Algunos bipolares, otros sin sexualidad definida y algunos otros con pesimismos de alto nivel. Era una ocasión especial, ya que fuimos invitados a comer, algunos merecidamente y otros no (ejemplo: yo). Tuve bastante suerte de encontrarme en el momento y lugar indicado para ser incluido en la comitiva. Así fue que fuimos a cazar rápidamente los animales que nos servirían de alimento y prendimos la parrilla. Cuando ya estaba lista, fue servida en la mesa y la gente empezó a comer con normalidad y empezó conversaciones de temas bastante comunes y mesurados.

Todo iba bien hasta que en un momento, benito, de ojos pequeños y titubeantes, se quedó concentrado mirando la distribución del bodegón de carnes. Internamente vivía una historia de placer o de terror y después de unos segundos de abstracción, se atrevió a cortar la conversación que se llevaba en la mesa para  decir las siguientes palabras: "mira como se asoma la morcilla, me hace recordar a Pedro Perales". Yo no sabía de qué estaba hablando, porque estaba concentrado en cortar la carne que llevaría a mi boca. Cuando me fijé en la parrilla, la morcilla había quedado en una posición favorable para su comentario. Pregunté quien era Pedro Perales y lo primero que me respondieron fue que era un negro de dos metros.

Ese fue el segundo incidente que marcó mucho mi percepción de Benito, pero no el último. En una reunión bastante intensa, una persona intervino con un comentario diferente para disipar un poco las tensiones y le preguntó a Bennie si asistiría a algún evento por Halloween. Él alegremente dijo que no y que nunca había ido a alguna cosa parecida. Luego, consideré que su inocencia podía ser una característica adecuada de una persona a la cual le podría preguntar qué disfraz podría usar. Lo hice y su sugerencia fue que fuera desnudo cargando un barril de madera en la barriga. Le pregunté qué personaje era y no supo darme referencia, me dijo que creía que era un filósofo de la edad media que andaba por la ciudad hablando locuras de esa forma.  Prometió averiguar pero nunca lo hizo, tal vez sea momento de que yo lo haga.

...falta

miércoles, 10 de octubre de 2012

Especie extraña

Creo que se droga o tiene un tipo de reniego interno, pero cualquiera que sea la opción correcta, lo cierto es que su tiempo de reacción es demasiado lento. Sus ojos son extremadamente pequeños y cara demasiado cuadrada. Su nariz grande hace que sus ojos se vean aún más pequeños y para colmo tiene tics nerviosos de frecuencia muy alta que generan un efecto de ojos semi abiertos, lo cual es un poco penoso. Zapatos a la medida, al parecer ortopédicos y de un cuero muy liso; en la mayoría de ocasiones con los pasadores desamarrados y de paso ladeado, al mejor estilo de un pato escaldado. 

Era completamente inútil  una piedra en el zapato que esperaba ser sacada del camino y lo mencionaba como si fuera algo chistoso. Se le propuso ser ayudado pero su punto de vista era un poco cerrado. Sumiso como esclavo de la conquista, se orinaba ante cualquier comentario de un superior, pero lo disimulaba bastante bien con una especie de pañales delgados. "Sisisi, nonono", eran algunas de las frases comunes de este célebre personaje. Por otro lado, totalmente impertinente; no respetaba o soportaba ver a las personas desfogando su mierda. Se metía a los baños y empezaba a tocar las puertas de los retretes pronunciando el nombre de la persona con la que quería conversar. Al enterarme de eso pensé que era probable que apreciara el concierto de laser beams y que tuviera un concepto musical al estilo de John Cage, por lo que empecé a respetarlo en algún momento. Luego, me di cuenta que era un chabacano más al notar una rascada en dos tiempos de la axila derecha luego de haberla trasladado debido a un acomodo trasero de calzoncillo. Una escena totalmente desagradable, mientras él seguía exponiendo su idea sin reparo alguno. Como si fuera parte de él y uno tuviera que aceptarlo/ignorarlo sin algún comentario y/o juicio interior. Lamentablemente, no lo es así para Carreño y no pude evitar observarlo.

Seguiré escribiendo al respecto cuando logre descubrir algo más. Por ahora mi teoría más probable es que sea adicto a los polvos blancos.

lunes, 8 de octubre de 2012

Viaje espacial

Creo que la tengo en el subconsciente y aflora de vez en cuando en el consciente. La veo frecuentemente pero no como quisiera. La miro como una posibilidad para el futuro. A pesar de todo esto, ayer tuve un pensamiento de ella simultáneo al sueño. Era como si yo tuviera el poder de ir al espacio y viajar por los planetas, estrellas y satélites con total facilidad y autonomía. Por algún motivo conveniente nos encontramos y tuve la posibilidad de ofrecerle un viaje espacial, al estilo de Superman pero sin capa y sin esa ropa tan mariconezca. La tomé, abracé y lancé al espacio. Al parecer, yo tenía que hacer algo urgente en ese momento y la dejé unos momentos; le había dejado las instrucciones claras para que pudiera regresar sin problemas a la Tierra. Regresé al lugar donde la esperaría con algunos minutos de retraso y ella aún no había llegado. Estaba tardando más de lo debido y decidí esperarla con paciencia. Horas pasaron y ella nunca llegó. La carga emocional era muy grande; tenía sobre mis hombros el peso de la vida de una persona importante para mí y una tristeza que parecía que iba a durar para siempre.

Probablemente, ella nunca se entere de este sueño y tampoco escribo esto con la intención de que lo haga. Sin embargo, es posible que terminando este artículo mediocre decaiga el efecto de este episodio.

Lo que sigue pertenece a esta dimensión.