lunes, 4 de junio de 2012

Erase una vez, un par de pezuñentos del buen vivir, expectantes de la vida dentro de una esfera llena de globos desinflados y charquis colgantes. Erase una vez un inframundo lleno de serpientes y sirenas de medio pelo, tratando de lucirse dentro de una pocilga pestilente. Erase una vez un par de potentados del imperio incaico, juntos pero no revueltos, tratando de crear ideas revolucionarias, experimentando con la flexibilidad de las notas y escribiendo letras sin sentido pero con bastante acogida. Era como vivir en un mundo totalmente idiotizado que aceptaba cualquier tipo de comentario y mostraba una sonrisa a cambio. Nunca se entendia si realmente se apreciaban las palabras o era pura indiferencia. Lo mas importante de todo esto es que esa noche nacieron dos grandes: Wascarrechus y Pincherectus, siguiendo una estrella fugaz que partia desde la pelvis del mundo y terminaba donde uno la queria colocar, osea en ningun lugar. Estos comicos personajes partieron desde las zonas mas altas del pais. Si, eran sonaureps (en lenguaje "oticlaf"), se sentian muy orgullosos de ello y usaban peluca como era tradicional en bambilandia.

Fueron convocados por un marciano para participar en una movida; alf era muy entusiasta y estaba muy interesado en lograr el proyecto. Se juntaron todos los canes en un cuarto totalmente aislado, lo cual hizo que los olores se mezclaran inevitablemente. Fue alli donde se podia percibir la maxima expresion del reino animal, sin embargo la ambientada era necesaria para mantenerse despierto despues de un dia tan agitado. Fue interesante ver como el humor se tornaba de verde a gris y se podian vislumbrar las notas en el humo. Era la mejor manera de ensayar, todo estaba claro: los compases perfectos y las notas sin errores. El yoga era parte de la rutina, como preparacion mental para el momento. Con todo el preambulo, todas las ideas brotaban en conjunto, era como comer chocolates y llenarse de chupos.

En un mundo paralelo, pincherectus habia conocido a un ser indecifrable justamente en estos circulos y habia sacrificado el dia de cosecha para dar una vuelta por las ruinas. La caminata fue interminable y aun mas pesada con el burro lesionado; se habia puesto terco y no queria andar. La noche los cogio en pleno reino fungi, rodeado del verde mas vivo que se pudiera ver. Las provisiones no eran suficientes y el burro era un estorbo, por lo cual una pierna no era la diferencia. Fue a la brasa, con bastante ketchup y salsa inglesa; quedo un poco desabrido pero al final se soluciono con un poco de sillao. La guitarra sonaba maravilloso en medio de tanta madera, el yugo era pesado, el dia habia sido duro y a una hora para nada prudente decidieron dormir.

Mientras sucedia esto, wascarrechus andaba con una furcia, de las mas solicitadas a nivel del winchiwanato, por lo que esa noche no prendio su fogata para comunicarse con pincherectus. Se habia mandado un viaje intergalactico para cumplir con un encargo del zambo tombero, que era una autoridad importantisima en el mundo de las ciencias. Lo primero que puso en su mochila fue su tabla voladora, pero se olvido de los pergaminos que contenian el mensaje. Fue una gran hazaña porque tuvo que hacer telepatia comiendo apio y luego de varias pujadas logro escuchar los mensajes de una voz medio afeminada pero muy sabia. Finalmente, pudo superar el impase, aunque se perdio de the wall en sargentpepa, jaja.

BUENA MARTHIANO!!

(me comi las tildes)

domingo, 11 de marzo de 2012

ChupaCerebros

En los últimos siglos la galaxia desconocida Orín ha estado en búsqueda de información necesaria para su evolución; le faltaban algunos códigos genéticos para completar la reacción química que la llevaría a un nivel superior. Esta galaxia era un poco orgullosa y a la vez comprensiva, por lo que no quería solicitar la información necesaria a sus pares. Por un lado no quería demostrar cuál era su punto débil y por el otro no quería quitarle tiempo a las demás galaxias, que andaban muy ocupadas también. Había una galaxia en especial que sabía todo lo relacionado a la evolución de Orín, llamada NoSe. Esta tenía en su poder la información que le faltaba a la galaxia Orín ya que había pasado por la misma línea evolutiva y además había participado en su creación. Por lo tanto era la fuente ideal de conocimiento para su propósitos actuales.

Sin embargo, Orín no quería entrar a rebuscar las investigaciones de NoSe ya que esta vendía la información relevante a otras galaxias y constelaciones consumistas a cambio de radiación galáctica, la cual no llegaba mucho por el "Rincón Heptagonal" que era el distrito donde se ubicaba Orín. Entonces, era dificil que ambos se sentaran un par de años luz (unidad de distancia en el planeta tierra por capricho de algunos físicos) para conversar sobre lo relacionado a los códigos genéticos y fórmulas. La solución inmediata para Orín era ofrecerle radiación virgen a NoSe, que era la que movía su corazón y era de vital importancia en todo sistema espacial. Sin embargo, esa radiación virgen era dificil de recuperar ya que solo se ganaba vendiendo información a otras galaxias.

Después de muchos años luz de pensamiento, reflexión, meditación y relajación, Orín se acordó que NoSe tenía un día de descanso cada 25 eras, el que tocaría antes de ayer (En Orín, el tiempo transcurría al revés del planeta tierra, al cual está traducida esta publicación). Entonces, ayer Orín preparó la fusión termostática y se preparó para penetrar en el corazón de NoSe. Cuando las membranas superficiales estaban a  punto de rozar, Orín pidió permiso para la penetración, el cual fue concedido antes de ayer dada la confianza que se tenían ambas galaxias. Se rompieron las membranas superficiales y las materias grises se empezaron a acercar, de modo sereno y controlado. En un instante, se produjo una chispa debido a un corto circuito provocado por un celo intergaláctico. La chispa reaccionó con el hidrógeno y otros gases elementales que habían en la cajita de Juan, lo cual generó una distorsión y reacomodo de las partículas del juguete. La mamá de Juan le preguntó qué había pasado, y Juancito a sus 3 años y sin muelas de leche balbuceó "bigbang".

Gracias M.J.