viernes, 27 de noviembre de 2009

Cholo soy y no me compadezcas





Un jueves cultural asistí a una presentación del maestro Manuelcha Prado, quien nos deleitó con una serie de melodías con un aire especial. La mayoría de obras eran composiciones suyas, sin embargo también interpretó obras de otros compositores de música étnica. Me quedé sorprendido cuando escuché su guitarra. Nunca antes había escuchado melodías tan armoniosas y dulces en ritmo de valses, huaynos y marchas. Luego invitó a un talento ayacuchano al frente para que nos mostrara su trabajo y para que lo acompañara a dos guitarras en las demás canciones.



La música que escuché me hizo reflexionar bastante de por qué la mayoría de gente limeña prefiere escuchar música importada que música propia. Una de las conclusiones que saqué es que los peruanos, sobretodo limeños, vivimos demasiado alienados pensando que lo que viene de afuera es mejor. Segundo, la subordinación de la conquista y otros acontecimientos históricos de pérdidas han hecho del carácter de los peruanos una máscara de sumisión, por lo que el autoestima de la patria es ínfimo. En tercer lugar, en este país no se promueve el amor propio, no se inculca la música nacional a los niños.

Después de haber criticado tanto la visión de la escuela de música de la católica, me di cuenta que se dirige en favor de la cultura nacional y a largo plazo beneficiaría su renombre a nivel mundial. Es cierto que por ahora sea mas rentable o atractivo estudiar en una escuela de música donde te inculquen la música contemporánea. No obstante, creo que la mejor inversión de los músicos peruanos sería identificarse más con nuestra música y apostar por explotarla en el exterior. Estoy seguro que esta será bien recibida en otros países, y con el término "nuestra música" me refiero desde música preinca hasta la música criolla y producciones nacionales actuales, que aunque presentan ciertos atributos externos, siguen siendo nuestras. Para mí su pontencial es igual o mayor al de nuestra comida. La mayoria de gordos no va a estar de acuerdo, pero no importa.



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